PRINCIPIOS DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE USUARIOS DE ENERGÍA ELECTRICA


DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA 
ASAMBLEA NACIONAL DE USUARIOS DE   ENERGÍA ELÉCTRICA

QUE HACER ANTE LA CRISIS ECONÓMICA POLÍTICA Y SOCIAL QUE NOS IMPONEN PARA EXPLOTARNOS Y SOMETERNOS AUN MÁS.

En la segunda mitad de la década de los años setenta del siglo pasado, y ante el agotamiento del keynesianismo, esto es, el llamado “Estado de Bienestar”, que ya no era capaz de mantener las tasas de ganancia exigidas por los dueños del capital, los grupos monopólicos internacionales pusieron en marcha el “Modelo Neoliberal”, consistente en el predominio del capital usurario (bancario) sobre los demás sectores del capital, valiéndose para ello de las ventajas obtenidas a través de la propiedad de los bancos y el control de las bolsas de valores. No se trata, desde luego, de una etapa especial de desarrollo del capitalismo, en consecuencia, no se suprime en forma alguna, el carácter de las contradicciones de clase en la sociedad, por el contrario, se exacerban aun más y se llevan a extremos de tensión no vistos hace mucho.

Los mecanismos utilizados por el capital financiero para la consecución de su objetivo principal, aumentar la tasa de ganancia, son múltiples: La especulación financiera desenfrenada y sin límites, de la cual sin duda es un ejemplo paradigmático, el quiebre fraudulento de la financiera Lehman Brothers; la utilización desleal de información privilegiada a que tienen acceso, el cierre de las fuentes de financiamiento a las empresas pequeñas y medianas, la canalización hacia sus empresas de gigantescos recursos públicos por medio de la deuda pública y jugosas exenciones fiscales, utilización de los más recientes avances tecnológicos en la producción, y de los que difícilmente los pequeños empresarios pueden disponer, han provocado el cierre masivo de empresas acelerando los procesos de concentración y centralización de capitales, a ritmos mucho mayores a los denunciados por Lenin en “El Imperialismo Fase Superior del Capitalismo”, confirmándose, dicho sea de paso, sus teorías.

La necesidad de mayores tasas de ganancias exige la modificación de algunos patrones de producción. Por ejemplo, la incorporación de la ciencia como una fuerza productiva más, incrementa los ritmos de trabajo, y por ello se produce una mayor sobreexplotación de la fuerza de trabajo, debida a la introducción de medios de producción más eficientes y una más racional, desde el punto de vista del capital, administración de los procesos productivos. También reduce el número de trabajadores necesarios en los procesos productivos y se eleva el volumen del ejército industrial de reserva, abatiéndose aun más los salarios por el incremento del desempleo abierto que la tecnología origina.

Además de lo anterior, la burguesía ha lanzado una feroz ofensiva en contra del proletariado tendiente a eliminar conquistas históricas: salario mínimo y remunerador, seguridad social, jornada máxima de trabajo, igualdad de salarios para trabajos iguales, seguridad en el empleo, prohibición del trabajo infantil, etc., se busca, además, la eliminación de los sindicatos como instancias de organización, defensa y representación de la clase obrera frente a las patronales, del derecho de huelga, etc., esto significa, ni más ni menos, que se arriba, poco a poco, a una condición de semi esclavitud de la fuerza de trabajo.

Otra característica del neoliberalismo, es apropiarse de los bienes de los países, administrados por los respectivos estados nacionales, como son las empresas petroleras estatales, las instituciones de seguridad social (como el IMSS ó el ISSSTE), la educación, etc., pues, afirman sus intelectuales, el Estado es un “pésimo administrador”, en cambio, exigen que el estado sirva a sus fines de acumulación capitalista, entre cuyas medidas está, por supuesto, la “disciplina” de obreros y campesinos frente a los proyectos del capital monopólico, es decir, reprimir a los obreros y campesinos que se alcen a defender sus intereses frente al gran capital.

Este hiperdesarrollo del capitalismo empobrece en mayor medida a los pueblos y países del mundo, incluidos los de las propias metrópolis imperiales, a los cuales amenaza una catástrofe inimaginable: tan sólo en África hay 24 millones de infectados de VIH; las hambrunas generalizadas amenazan a otros 40 millones de seres humanos en ese continente, todo eso aunado a guerras absurdas y genocidas provocadas, patrocinadas y capitalizadas por las potencias imperialistas, las cuales se disputan a sangre y fuego las grandes riquezas de las naciones africanas más pobres y débiles.

Los requerimientos económicos del capitalismo ponen en primer plano garantizar el abasto permanente y seguro de materias primas y energía, de ahí las continuas guerras emprendidas por las potencias imperialistas para hacerse de las fuentes tanto de materias primas como de petróleo, etc. Los ejemplos más dramáticos y odiosos, en la época más reciente, los hallamos en Irak, Afganistán, Libia, y algunos países africanos ricos en recursos estratégicos, como el voltán, elemento indispensable para el desarrollo de las industrias de la telefonía celular y espacial.

Pero no sólo han recurrido a guerras genocidas para hacerse de los recursos energéticos de los países. También emplean métodos más “pacíficos”, como son las inversiones directas de capital en las ramas claves, para ellos, de las economías de los países menos desarrollados, como sucede en toda América Latina. Desde luego, para hacer caminar sus planes cuentan con la ayuda de gobiernos “amigos”, quienes se encargan de proteger los intereses imperialistas, principalmente norteamericanos, en contra de las malévolas intenciones de los habitantes autóctonos que perversamente pretenden defender sus recursos naturales de los advenedizos extranjeros que sólo buscan saquear nuestras naciones. Pero cualquiera sea el método empleado, el resultado es siempre el mismo: muerte, miseria, degradación ambiental y hambre para la inmensa mayoría de la población de nuestro planeta.

México no escapa a los designios hegemónicos de los imperialistas. Desde el ascenso de Miguel De La Madrid al gobierno en 1982, paulatinamente se ha implementado la política económica neoliberal, misma que a partir de Ernesto Zedillo se ha desbocado y que, con los dos gobiernos panistas, ha llegado a extremos de franca entrega del país a los norteamericanos. Si se consuma la imposición de Enrique Peña Nieto, esta política continuará sin la menor duda.

Como en el resto del mundo, nuestros gobiernos, priístas o panistas, vienen cediendo nuestros recursos a cambio de bicocas, 520 años después, seguimos entregando oro por cuentas de vidrio. Y como sucede también en otras partes, los recursos energéticos están en el primer plano de los intereses del imperio, por eso, la reforma energética, propugnada por priístas y panistas, enfatiza la entrega del petróleo a los extranjeros, obvio, con sustanciosas mordidas de por medio.

Es en este contexto que se da el artero golpe de Felipe Calderón en contra de Luz y Fuerza del Centro y más en específico, en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas quien ha manifestado siempre su decidida defensa de la soberanía de la Nación sobre la energía eléctrica, y porque, además, hizo un planteamiento claro para no privatizar tampoco la fibra óptica, sino utilizarla en beneficio del pueblo de México y proporcionar el servicio de telefonía e internet gratuito o a bajo costo, lo cual afectaba de manera directa los intereses de los grandes monopolios, Televisa, TV Azteca y Telmex, en primerísimo lugar.

Además, la vocación de ilegalidad mostrada reiteradamente por el señor Calderón, y con el fin de escamotear los derechos laborales de los trabajadores del SME, en particular su derecho a reclamar un patrón sustituto al desaparecer la empresa Luz y Fuerza del Centro, pero permanecer vigente la materia de trabajo, tal y como el propio decreto de Calderón indica, se omitió la creación de la empresa sustituta de la que desaparecía, tal y como lo indica el artículo 4° transitorio de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica.

A consecuencia de ello los usuarios del servicio de energía eléctrica quedamos en medio de un vacío jurídico, pues la empresa con quien contratamos el servicio ya no existe físicamente y la que hoy nos presta el servicio carece de legalidad para efectuarnos cobros por no tener una relación contractual con los usuarios; amén de que las facturas emitidas por la Comisión Federal de Electricidad, actualmente a cargo del servicio, son escandalosamente altas y la mayoría impagables; amén del proceso viciado de origen mediante el cual se le facultó para prestar el servicio en la zona centro del país, así como la prepotencia y despotismo de los empleados, ilegalmente contratados por medio de contratista, violando, de nuevo las leyes del país, principalmente la Constitución Política de México.

Para hacer frente a esa situación, los usuarios de distintas partes de la República nos congregamos en octubre de 2010 en las instalaciones del Sindicato Mexicano de Electricistas y formamos la “Asamblea Nacional de Usuarios del Energía Eléctrica” (ANUEE). Hoy a un año diez meses, los usuarios agrupados en la ANUEE, nos reunimos nuevamente y plantemos frente a los usuarios de todo el país nuestra


DECLARACION DE PRINCIPIOS:

1.- La Asamblea Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica es una organización independiente, formada de manera libre y voluntaria por ciudadanos usuarios de la energía eléctrica. Por tal, manifestamos que no pertenecemos a ningún partido u organización política, ni tenemos compromisos con ningún candidato o funcionario público. Tampoco somos una secta religiosa, mantenemos un estricto respeto por las preferencias políticas y religiosas de todos nuestros miembros y de la sociedad en general.

2.- Los objetivos de nuestra lucha son:

I).- Unir, organizar y apoyar la justa lucha de los usuarios del servicio de energía eléctrica por sus objetivos y para defenderse de las acciones arbitrarias y los altos cobros de la luz instrumentados por el gobierno federal por intermedios de CFE, en contra de los usuarios del servicio.

II).- Obtener una tarifa social justa, lo cual implica que se retiren los subsidios inmorales a los grandes consumidores, esto es, a los grandes capitalistas que son quienes saquean al país, para que quienes tienen más, paguen más. Asimismo demandamos que las tarifas sean fijadas por el Congreso de la Unión y no Hacienda, como sucede hoy.

III).- Que se eleve a rango constitucional el acceso de todas las familias mexicanas a la energía eléctrica como un derecho humano irrenunciable, pero sobre todo innegable. Esto significa que se deberá otorgar un consumo básico gratuito a cada hogar mexicano.

IV).- Desaparición inmediata de la llamada tarifa DAC, por ser antieconómica y representar una inmoral exacción de los escasos recursos con que cuenta el pueblo trabajador mexicano.

V.- En la zona centro del país, demandamos que los adeudos exigidos por la CFE, desde el 11 de octubre de 2009, hasta el momento en que se cree la nueva empresa que sustituya a Luz y Fuerza del Centro, tal y como lo manda el artículo cuarto transitorio de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, se cancelen por carecer de base legal y además porque en la mayoría de los casos son impagables. ¡Borrón y cuenta nueva!

VI.- Para el resto de la República planteamos la revisión exhaustiva de los adeudos y la suspensión de los cortes y de cualquier otra medida de apremio, hasta en tanto no se resuelvan las dudas a plena satisfacción del usuario.

VII.- Exigimos la creación de la nueva empresa de energía eléctrica mencionada en el inciso V, con la cual, los usuarios de la zona centro del país firmemos nuevos contratos y que restituya en sus puestos de trabajo a los 16,599 trabajadores del SME en resistencia.

VIII.- Impedir la sustitución de los medidores analógicos por digitales, toda vez que estos últimos representan un gigantesco negocio para empresarios allegados al poder. De igual manera nos oponemos al cambio de los cables de cobre por otros de aluminio, pues desde el punto de vista técnico no se justifica el cambio, al contrario, lo correcto sería conservar los cables de cobre, porque es mejor conductor de electricidad y provoca menos perjuicios que el aluminio.

IX.- Luchar por la renacionalización de la Industria Eléctrica, toda vez que en la actualidad el 52% de la generación está en manos privadas, particularmente de españoles. Esto, además de poner en riesgo nuestra soberanía nacional, es la causa de los continuos aumentos en los precios de la electricidad, pues las condiciones en que se firmaron los contratos obligan al estado mexicano a pagar el fluido eléctrico al precio fijado por las transnacionales.

X.- Defenderemos la existencia de la CFE, como una empresa de servicio público, al servicio del pueblo y no de quienes saquean hoy la patria; pugnaremos por limpiarla de la corrupción que los diferentes gobiernos federales han introducido en ella y no permitiremos que se le quiera llevar a una situación de quiebra ficticia como se hizo con Luz y Fuerza del Centro.

3.- La ANUEE se considera parte de las luchas generales del pueblo en contra de sus opresores y explotadores, por construir un México digno, justo y libre de la explotación del hombre por el hombre. Por tal, la ANUEE participara activamente en los esfuerzos unitarios y luchas que en diversas instancias lleva adelante el pueblo mexicano.

4.- En consecuencia, para la ANUEE, la solidaridad será un principio básico, tanto en el plano interno, como en nuestras relaciones con las organizaciones fraternas, de manera destacada, las que mantenemos con el Sindicato Mexicano de Electricistas. Entendemos la solidaridad como la voluntad política y humanística de apoyar a los colectivos humanos y a los movimientos sociales encausados hacia la justicia social y la igualdad entre las personas, sin distinción de credo, género o etnia.

5.- La ANUEE se compromete a basar en principios democráticos tanto su vida interna, como sus relaciones con otros destacamentos del pueblo en lucha. De igual modo pondremos nuestros modestos esfuerzos al servicio de la democratización general del país.



¡Usuarios del México!, estos son nuestros principios, los llamamos a que los hagan suyos y a que nos acompañen en la lucha por su consecución.




¡VIVA MÉXICO!

¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO TRABAJADOR MEXICANO!

¡VIVA LA LUCHA DE LOS USUARIOS DE LA ENERGÍA ELÉCTRICA!

¡VIVA EL SME!

¡VIVA LA ANUEE!

APRUEBA ESTA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS  LA ASAMBLEA NACIONAL DE USUARIO DEL SERVICIO DE LA ENERGIA ELECTRICA

México, D.F., a 25 de Agosto del 2012

Asamblea de Nacional de Usuarios  de  Enegia  Electrica
A  N  U  E  E



e-mail: usuariosdeluz@gmail.com (Nacional)
e-mail: usuariosdeluzmorelos@gmail.com (Estatal)

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